
SEÑALES DE ACOSO
Las represalias, el
miedo y otros factores hacen que, algunas veces, los padres sean los últimos en
enterarse del problema que está viviendo su hijo.
La ley del silencio. Uno
de los problemas que plantea el bullying es que no es fácil detectarlo, sobre
todo conseguir pruebas, ya que impera la ley del silencio. Tanto las víctimas
como los espectadores tienen miedo a hablar, por posibles represalias. El
bullying suele resultar invisible para padres y profesores.
Algunas señales que deben ponerlo en alerta:
1. Siente gran rechazo,
miedo, nervios a ir al colegio o instituto.
2. Es habitual que se
ponga enfermo por las mañanas, antes de ir al centro educativo.
3. Evita, siempre que le
es posible, estar en contacto con ciertos compañeros de clase.
4. Bajo ningún concepto
cuenta nada de lo que hace con sus compañeros en el colegio.
5. Tiene constantes
cambios de humor, muestra ansiedad, tristeza, abatimiento, o sufre ataques de
cólera sin aparente causa.
6. Alteraciones del
sueño y apetito.
7. Dificultad en la
atención.
7. Muestra timidez e
inseguridad.
8. El menor deja de
salir, deja de hablar en casa y tiende a aislarse, ya no quiere jugar con sus
amigos ni muestra interés por las relaciones sociales con sus iguales.
9. Regresa rápidamente
tras las clases.
10. Sin motivo aparente,
se produce una bajada notable en las notas.
11. Se le rompe o
"pierde" habitualmente el material escolar o la ropa.
¿Qué hacer ante la sospecha de que nuestro
hijo pudiese estar sufriendo acoso escolar?
La intervención de los
padres, tanto del acosado como del acosador, frente al fenómeno del acoso
escolar o bullying es muy necesaria. Estar a uno u otro lado de la barrera es
estar en el problema y tan importante es impedir que el acosador siga acosando
como que la víctima siga sufriendo acosos. No obstante, abordar el problema en
ambos casos no es fácil, por lo que hemos recopilado algunos consejos para
orientar a los padres a la hora de actuar frente a un caso de bullying escolar:
Cuando tu hijo es la víctima del acoso
Si tu hijo es una
víctima, habla con él, y comprométete a ayudarlo a resolver este problema, que
se sienta arropado. Dile que él no es el culpable de esta situación. No le
hagas sentirse culpable ni le abandones. Es de crucial importancia escucharle,
creerle y emprender una acción positiva. Ten en cuenta que puede sentirse
amenazado o avergonzado y puede negar las evidencias. En este caso, no le
fuerces, deja que siga su proceso, pero ayúdale a cambiar. Intenta siempre algo
más. Sigue esos consejos:
1. Si tienes sospechas,
pregúntale directamente, aliéntale a hablar, dile que estás preocupado por lo
que le pasa y que le ayudarás sea cual sea el problema. Escucha a tu hijo y no
lo interrumpas. Deja que desahogue su dolor. Debemos mostrarle nuestro cariño
incondicional, comprensión y apoyo. No debemos presionarle ni enfadarnos con él
porque le cueste contarlo.
No restemos importancia,
el acoso escolar “NO es cosa de niños”, trivializar no es beneficioso y nos
convierte en cómplices. Si a nuestro hijo le cuesta mucho expresar con palabras
lo ocurrido, podemos proponerle para que sea más sencillo para él que lo haga
por escrito. Una vez confirmadas nuestras sospechas, reforcemos a nuestro hijo
el esfuerzo por haberlo contado, para él es una situación difícil y dura de
expresar.
2. Reacciona con calma, no le hagas reproches
ni le culpabilices. No es su culpa y necesita ayuda para resolverlo. Dale
apoyo, y sobre todo escúchale. Tranquilizarlo es uno de los pasos más
importantes que los padres podemos dar. Enseña a tu hijo/a a estar satisfecho
de cómo es. Está bien ser diferente. Muchas personas han tenido éxito
precisamente porque no han sido igual que todos los demás.
3. Pide que te explique qué ha pasado y toma
nota, pregúntale si ha ocurrido en otras ocasiones, quién ha estado implicado,
quién lo ha visto, dónde ha ocurrido, qué ha hecho él, a quién se lo ha
contado. Evalúa la importancia y la gravedad de la situación.
4. Mantén la calma y no demuestres toda tu
preocupación. Demuestra determinación y positivismo.
5. No estimules a tu hijo para que se muestre
agresivo o tome venganza. Empeoraría más la situación.
5. Ponte en contacto con
el profesor de tu hijo, con la dirección del colegio y con el jefe de estudios
para alertarlos acerca de lo que ocurre, y pide su cooperación en la
investigación y en la resolución de los hechos. Independientemente de los
protocolos de actuación del centro ante estas situaciones deberemos acudir con
nuestro hijo a un especialista que valore su estado emocional y le ofrezca el
apoyo psicológico necesario.
Cuando tu hijo es el acosador
Es muy difícil para
muchos padres reconocer algo negativo en la conducta de sus hijos, por eso es
muy importante, cuando se detecta el caso, que ellos trabajen directamente con
la escuela para resolver este problema, de una forma inmediata, ya que
normalmente el problema de una mala conducta suele crecer como una bola de
nieve. Lo que jamás deben hacer los padres del acosador es usar la violencia
para reparar el problema. Pueden ser acusados de malos tratos hacia su hijo.
Estos consejos pueden
ayudarte a canalizar la situación hacia un lado positivo:
1. Investiga por qué tu
hijo es un acosador.
2. Habla con los
profesores, pídeles ayuda, y escucha todas las críticas sobre tu hijo.
3. Acércate más a los
amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan.
4. Establece un canal de
comunicación y confianza con tu hijo. Los niños necesitan sentir que sus padres
les escuchan.
5. Vigílate para no
culpar a los demás por la mala conducta de tu hijo.
6. Colabora con el
colegio dando seguimiento al caso y registrando las mejoras.
7. Canaliza la conducta
agresiva de tu hijo hacia algún deporte de competición, por ejemplo.
8. Señala a tu hijo que
la conducta de acoso no está permitida por la familia.
9. Déjale claro lo que
ocurrirá si el acoso continúa.
10. Enséñale a practicar
buenas conductas.
11. No ignores la
situación. Mantén la calma y procura saber cómo ayudar a tu hijo.
12. Ayuda a tu hijo a
manifestar sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.
13. Demuestra a tu hijo
que le sigues amando tanto o más que antes. Pero que desapruebas su
comportamiento.
14. Anímale a que
reconozca su error y a que pida perdón a la víctima. Elogia sus buenas
acciones.
¿Cómo prevenir el acoso escolar desde la
familia?
Debemos enseñar a
nuestro hijo a hacer frente a este problema. El acoso escolar es un proceso
gradual, lo que empiezan con pequeñas risas puede acabar en algo mayor. Eduquemos
a nuestro hijo en el respeto, no sólo hacia los demás sino en el respeto hacia
sí mismo.
Hay que hablar en casa
del acoso escolar, cómo ocurre y por qué. Que sepa que si en algún momento, tu
hijo se ve en esta situación debe acudir a ti con total confianza. Por este
motivo, debemos mantener el contacto con el colegio, así como una relación
fluida con el centro, para que nos ayudará a detectar cualquier cambio o
situación alarmante.
Y no olvidemos que la
prevención debe estar dirigida también a evitar que nuestro hijo sea el
acosador. La educación debe estar basada siempre en el respeto a los demás y
serles un ejemplo para que aprendan a saber manejar el conflicto desde el
diálogo y la no violencia.